martes, 23 de abril de 2013

SANTA TERESA DE JESÚS. Algunos poemas místicos.

eresa de Cepeda y Ahumana, nació el 28 de marzo del año 1515 en Ávila, España. Estudió en el convento de las agustinas y a los veinte años, en 1535, se convirtió en monja en el convento carmelita de la encarnación. Durante largo tiempo sufrió grandes dolores físicos que la tuvieron en cama durante años. En su convalecencia, Santa Teresa desarrolló y experimento todo su potencial espiritual que tras superar su enfermedad le llevaría a afrontar grandes proyectos y ha convertirse en una de las grandes figuras del cristianismo del siglo XVI.
Convento de Santa Teresa en Malagón
Convento Carmélita fundado por Teresa de Ávila en Malagón en 1562
A los cuarenta años, disgustada como la orden de las Carmelitas por su indisciplina, decidió reformar la orden con el apoyo del Papa y otros personajes como San Juan de la Cruz o Antonio de Heredia. El primer convento que fundó fue en Ávila, su ciudad natal, al que llamó San José y que constituyó la primera comunidad de monjas Carmelitas Descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo o Carmelitas, como se conoce a esta orden.
Santa Teresa, instauró las rígidas reglas y normas de la orden que habían caído en desuso y pese a que no contaba con el apoyo de parte de la jerarquía de la iglesia, logró fundar 16 casas o conventos para mujeres (Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos), y 14 para hombres, repartidos por toda España.
Tras una vida dedicada a la experimentación mística, la escritura y la fundación de conventos, Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes, Salamanca, donde también había inaugurado un convento. Diversas partes de su cuerpo fueron repartidos por los diversos conventos que inauguró, aunque gran parte de él se envío a Ávila. Hallado su cuerpo incorrupto años más tarde fue devuelto a Alba de Tormes, donde permanecen sus restos.
Publicó varios libros donde da cuenta de su trabajo con fundadora de conventos y sus inquietudes religiosas y experiencias místicas. Su autobiografía espiritual, Camino de perfección (1583) y Castillo Interior (1577) destacan entre sus obras más profundas y reveladoras sobre la espiritualidad de la Santa, mientras que su obra El libro de las fundaciones (1573-1582) relata sus avatares al frente de los distintos conventos que fundó en vida.
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Las obras principales de la Doctora Mística, como reconoce oficialmente la Iglesia Católica a Teresa de Jesús, se pueden dividir de la siguiente forma, aun cuando forman un todo armonioso: 
1º)Obras autobiográficas ( VIDA, RELACIONES, FUNDACIONES)
2º) Obras doctrinales ( CAMINO DE PERFECCIÓN, CONCEPTOS DE AMOR DE DIOS, CASTILLO INTERIOR O MORADAS.)
3º) CARTAS Y POESÍAS

El libro de su Vida: obra de madurez (1561-1565) es un prodigio de estilo femenino, lleno sinceridad y frescura. Junto a datos personales e íntimos, gracias a los cuales se pueden conocer todo un proceso personal de entrega a la vida espiritual en sus componentes fundamentales- purgación, iluminación y unión mística- se encuentran también análisis profundos y maravillosos del camino ascético-místico.

Libro de las Relaciones: puede considerarse un complemento del libro de la Vida.

Libro de las Fundaciones: en él se encuentran toda la vida de aventurera a lo divino que fue Sta. Teresa. Hoy nos parece increíble cómo esta mujer admirable pudo recorrer media España fundado conventos con escasos medios y continuas persecuciones. En este libro quedan patentes cualidades tan sobresalientes como: el espíritu de lucha, la capacidad organizativa y emprendedora, la prudencia y su habilidad para relacionarse con toda clase de personas desde el Rey Felipe II, hasta los más humildes mesoneros, arrieros. Las Fundaciones nos presentan un retablo único de la España del S.XVI.

Libro de las Moradas o Castillo Interior: es la obra cumbre de Sta. Teresa y una de las cumbres de la Mística Experimental. En esta obra maravillosa predomina la unidad basada en la alegoría -metáfora continuada- en la que el alma es comparada con un castillo todo diamante, compuesto de "muchas Moradas, unas en lo alto, otras en lo bajo y otras a los lados; y en el centro o mitad de todas éstas tiene la más principal, que es donde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma". Las tres moradas primeras se corresponden con la primera etapa de la vida espiritual, vía purgativa, las tres siguientes se corresponden con la vía iluminativa; la séptima y última morada con la vía unitiva.

Los conceptos de amor de Dios: contienen un comentario original y efusivo sobre el bíblico Cantar de los cantares.

El Camino de Perfección: es un tratado de ascética dirigido a las monjas de sus monasterios, en él se ve reflejado el penetrante análisis psicológico que la Santa hace del alma femenina. La mujer que ha experimentado los más grandes gracias místicas, aparece con los pies en el suelo, conocedora de las más profundas motivaciones del alma femenina.

Las cartas: tienen una importancia fundamental para conocer la dimensión social de la Santa Andariega, con su estilo único son una muestra interesante de todas las relaciones que la Sta. Teresa desplegó para llevar a cabo la Reforma Carmelitana, se conservan una 400 dirigidas a las personas más plurales por sus oficios, profesión y posición social.

Los poemas: son de menor importancia que su obra en prosa, tienen un marcado acento popular y entroncan perfectamente con la lírica del pueblo, entre los poemas más conocido está el que empieza con el verso Vivir sin vivir en mí. La lírica teresiana tiene un tono fervoroso y estilo sencillo.

ESTILO TERESIANO

Santa Teresa escribe por obediencia y muchas veces contra su voluntad. Ajena al artificio literario no pretende nunca trastornar la retórica. Su estilo se mueve dentro del gran principio valdesiano: escribo como hablo, que ella modifica ,cuando afirma: iré hablando con ellas en lo que escribiere, esto fue lo que motivo el juicio literario formulado por Fray Luis de León, quien puso los fundamentos definitivos de todo análisis crítico teresiano. Escribe el excelente crítico: (...) no es menos clara ni menos milagrosa la segunda imagen que dije, los libros; en los cuales, sin ninguna duda, quiso el Espíritu Santo que la Madre Teresa fuese ejemplo rarísimo. Porque en la alteza de las cosas que trata, y en la delicadeza y claridad con que las trata, excede a muchos ingenios; y en la forma de decir, y en la pureza del estilo, y en la gracia y buena compostura de las palabras, y en una elegancia desafeitada que deleita en extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ellos se iguale..".

1) BUSCA en estos poemas: a) métrica y rima   b) figuras literarias c) resumen de las estrofas

NADA TE TURBE

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
»
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

 

VUESTRA SOY

Vuestra soy, para Vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,
Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía;
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad,
Que hoy os canta amor así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criastes,
Vuestra, pues me redimistes,
Vuestra, pues que me sufristes,
Vuestra, pues que me llamastes,
Vuestra, porque me esperastes,
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
A este esclavo pecador?
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,
Yo le pongo en vuestra palma,
Mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición;
Dulce Esposo y redención
Pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz crecida,
Flaqueza o fuerza cumplida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno, o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
»
Si queréis, dadme oración,
Sí no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues, sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia,
O de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día
Revolvedme aquí o allí
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que esté holgando,
Quiero por amor holgar.
Si me mandáis trabajar,
Morir quiero trabajando.
Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea' viña frutuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Sea Josef puesto en cadenas,
O de Egito Adelantado,
O David sufriendo penas,
O ya David encumbrado,
Sea Jonás anegado,
O libertado de allí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Esté callando o hablando,
Haga fruto o no le haga,
Muéstreme la Ley mi llaga,
Goce de Evangelio blando;
Esté penando o gozando,
Sólo Vos en mí viví,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací
¿Qué mandáis hacer de mí?

 

VIVO SIN VIVIR EN MI

Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo,
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga,
Más pesada que el acero,



YA TODA ME ENTREGUÉ

Que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza;
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
El morir venga ligero
Que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darte
A mi Dios, que vive en mi,
Si no es el perderte a ti,
Para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
Pues tanto a mi amado quiero,
Que muero porque no muero.
 Ya toda me entregué y dí,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida;
y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

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