viernes, 9 de febrero de 2018

ELOGIO DE LA LOCURA





Lectura:  ELOGIO DE LA LOCURA.- Erasmo

LECTURA de los puntos 7,8,9

a) Explica brevemente la genealogía de Estulticia
b) Investiga quién es Pluto y Hebe
c) ¿Quiénes criaron a Estulticia?
d) ¿Qué cosas defiende?...¿Quiénes son sus fieles seguidores?
e) Investiga personalmente algún párrafo o fragmento del Elogio de la locura, selecciónalo y justifica por qué lo has hecho.

Resumen 

            El “Elogio a la Locura “comienza con una loa satírica (un fragmento de virtuosa locura) a la manera del autor griego Luciano de Samósata, cuya obra había sido traducida hacía poco al latín por el propio Erasmo y por Tomás Moro. Tras esto, el tono se ensombrece con una serie de discursos solemnes, en los que la locura hace un elogio de la ceguera y la demencia y en los que se realiza un examen satírico de las supersticiones y de las prácticas piadosas y corruptas de la Iglesia Católica, así como de la locura de los pedantes (entre los que se incluye el propio Erasmo). El autor había regresado recientemente de Roma profundamente decepcionado y donde se había lamentado de la evolución que veía en la Curia Romana; poco a poco la locura toma la voz de Erasmo. 
            En la obra se hace una relación puntual de las "ventajas" de la Locura sobre la Razón; señala cuán felices son los hombres cuando viven arropados por la necedad, situación de la que no escapan ni siquiera los Gramáticos, los Filósofos, los Teólogos, los Papas, los Obispos Germánicos, los Reyes ni los Príncipes. La locura se presenta ante un auditorio donde desarrolla un elogio de sí misma, logrando que su sola presencia desarrugue entrecejos y produzca cálidas sonrisas. Enumera una por una sus cualidades, vanagloriándose de que sus muchos beneficios se reparten entre todo tipo de personas: desde el vulgo que se contenta con pláticas de viejas, hasta los reyes y eclesiásticos que se embriagan con toda clase de diversiones. 
            La Locura da razón de sus orígenes (Las Islas Afortunadas), de sus padres (Pluto y Hebe) y del cortejo que la acompaña en su tarea de hacer más agradable la vida del género humano (La Adulación, el Amor Propio, la Demencia, la Pereza, la Molicie, el Olvido, y la Voluptuosidad); se lamenta de quienes reniegan de su nombre, pese a ser grandes beneficiarios de sus dones; efectúa una sátira de los leguleyos y de los médicos; de los estudiosos exhibe su desdén y patanería, dejando en claro que las mujeres prefieren la compañía de los necios; exhibe a los comerciantes, describiendo cómo son sus indulgencias la llave para seguir cometiendo sus fechorías; del clero, desde los mendicantes hasta el Papa, muestra qué tan cerca están de la vanidad como lejos de Jesucristo. 
Análisis 

            Elogio de la locura  es una obra escrita como un juego divertido, satírico e ingenioso que pretende hacer crítica de la sociedad de la época, en la que todas las clases sociales son denunciadas y despedazadas por la Locura (Estulticia) que es la que narra el relato. No deja títere con cabeza: papas, reyes, nobles, monjes, mujeres...
            Erasmo, defensor de la racionalidad y del equilibrio humanista, pasará a la historia con esta obra que es todo lo contrario. Quizás la razón que le empujó  a romper con su línea pudo ser táctica. Al expresarse por boca de la Locura se disfraza de bufón y se protege de las previsibles represalias del poder, al tiempo que los buenos lectores sabrán comprender sus mensajes sin problema alguno... Esto último es cuestionable... En su época el sistema hacia aguas, pero los poderosos seguían manteniendo sus privilegios como aves de rapiña sin importarles un comino el devenir del futuro mientras pudiesen seguir dominando su presente. Erasmo no pudo o no quiso denunciar ese estado  de otra manera que elogiando la Locura, o sea la estupidez...
            El libro, sin embargo, es tremendamente ambiguo. Las contradicciones abundan y ni en su época supieron llegar a fondo de su pensamiento ni quinientos años después se pude presumir de haberlo logrado. Ante todo es una obra irónica, en la que se expresa lo contrario de lo que parece expresarse. Se trata de un discurso que obliga a convertir todas las afirmaciones en negativo para comprenderlas. Pura retórica que le protege porque siempre podrá negar lo dicho alegando que se trata de un mero juego de palabras.
            Destacaré el contenido del capítulo XXI en el ejemplar que leí hace tiempo, y que bien podría servir de referencia: 
Habla la Locura (o la necedad, si se prefiere):

Sin mí, el mundo no puede existir ni por un momento, pues, ¿no está lleno de locura todo lo que se hace entre los mortales?, ¿no lo hacen locos y para locos? Ninguna sociedad, ninguna convivencia pueden ser agradables o duraderas sin locura, de modo que el pueblo no podría soportar a su príncipe, el amo a su sirviente, la doncella a su señora, el preceptor a su alumno, el amigo a su amigo, la mujer a su marido por un solo momento, si de vez en cuando no se descarriaran, se adularan, toleraran sensatamente las cosas o se untaran con un poco de Locura”


            Este texto contiene el resumen de su pensamiento: la locura es sabiduría mundana, resignación y tolerancia” ¿Que sería de la vida sin una mínima gota de locura? La respuesta es obvia: Seria algo triste, aburrida, frustrante, insípida e ingrata...
            Cervantes, erasmista convencido, así lo entendió y ahí está Don Quijote, ejemplo de loco feliz  y altanero que dejó atrás la razón y se lanzó a la aventura que, sin duda, acabará dando  sentido a su vida. De su etapa de hidalgo, ¿qué sabemos?,  aparte de que se pasaba el tiempo absorto y devorando libros de caballerías.  Quien va por la vida bajo el dominio de la razón, sin pasión, sin emociones... (sin inteligencia emocional, diríamos hoy) es un ser monolítico, aburrido, serio,  que no despierta afectos  ni compasión. Don Quijote, sin embargo, vanidoso, loco de atar, temerario... se granjeará la admiración, la comprensión y el afecto. Amén de algún que otro coscorrón, claro.  Lo mismo podríamos decir de su “alter ego”, Sancho Panza. 
            Erasmo era un gran amigo de Tomás Moro, con el que compartía, además de su fe cristiana, el gusto por el humor frío y el retruécano intelectual. El título mismo, en griego, puede ser entendido como un Elogio de Moro. En el texto abundan dobles e incluso triples significados. La obra está dedicada a Santo Tomás Moro. 
            El Elogio de la locura conoció un enorme éxito popular, para sorpresa de Erasmo y, a veces, para su disgusto. El Papa León X la encontró divertida. Antes de la muerte de Erasmo ya había sido traducida al francés y al alemán, y pronto le seguiría una edición en inglés. Una edición de 1511 fue ilustrada con grabados en madera de Hans Holbein, que se han convertido en las ilustraciones más difundidas de la obra.
            Influyó en la enseñanza de la retórica durante el siglo XVI, y el arte de la adoxografía (el elogio de cosas sin valor) se convirtió en un ejercicio popular entre los estudiantes isabelinos.

No hay comentarios: